Bittersweet

Mieun. Así me habían llamado mis padres 16 años atrás cuando nací, aquí, en Corea del Sur. No se puede decir que fuera un nombre realmente bonito, pero bueno, siempre he estado conforme con él. Al fin y al cabo, no importa el nombre sino la persona en sí, ¿no?
Sin embargo, había una peculiaridad: Mis padres eran ambos españoles, sólo que se habían mudado a Corea del Sur meses antes de mi nacimiento porque a mi padre lo habían destinado aquí, a Seúl, concretamente. Ellos habían querido que tuviera un nombre coreano para que “me adaptase mejor”, pero, ya me diréis si en Corea no llama la atención una chica de rasgos occidentales, pelo ondulado, que encima, es inferior a la media de altura coreana. Llamaba la atención, y mucho.
Desde pequeña he hablado español y coreano, por lo que se me dan bastante bien los idiomas, y por consiguiente, me manejo con el inglés.
Hasta ahí la parte bonita de la historia. Hace ya casi un año que falleció mi madre por un terrible cáncer. Mi padre ha intentado llevar todo adelante, sobretodo por mi futuro, pero ambos sabemos que las cosas no son como antes, y aunque aparentemente todo esté bien, nos ha costado mucho volver a un cierto estado de equilibrio.
Sin embargo, este era mi primer año en la preparatoria y estaba entusiasmada con la idea. Sabía que iba a tener que estudiar mucho, pero me había costado la vida entrar, así que estaba decidida a ir a por todas. “Escuela de Artes Escénicas de Seúl”. Incluso sonaba bien.
Había decidido ir a esa escuela en parte porque me encantaba actuar y bailar, y en gran medida por la influencia de mi mejor amiga Sieun, la cual sólo pensaba en chicos guapos.
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-¡Mieun! ¡Alegra esa cara, es el primer día de clases! ¿No estás emocionada?
-Claro, Sieun, claro; es sólo que estoy algo nerviosa… Eso de conocer gente nueva, ya sabes que se me da regular.
-No hemos pisado la entrada y ya estás siendo un muermo. Por favor, somos el 2Eun Team –Ese era el nombre que nos había dado a las dos hacía años. Era realmente infantil, pero me parecía adorable que siguiera llamándonos así- Conoceremos a mucha gente, sacaremos unas notas excelentes, y nos echaremos unos novios guapísimos.
-Eso es lo único que te interesa, ¿no? En cuanto encuentres al Hyunjoong de turno me olvidarás y me dejarás, mala persona.
-Me ofendes, Mieun. Por supuesto, te presentaré a sus amigos, no te creas que te dejaré sola.
Entonces estallé totalmente en risas. Sieun siempre sabía cómo animarme.
Por fin llegamos al edificio. Era impresionante, realmente bonito, o al menos eso me parecía a mí.
Entramos y miramos el mapa del hall. Al parecer, nuestra clase estaba en la segunda planta. Íbamos a subir la escalera cuando de repente…
-¿Mieun? ¿Quién es Mieun? –Escuché una voz grave llamando a alguien por mi nombre; pero ni me molesté en girarme, porque sabía que no se refería a mí. Era obvio, pues era mi primer año en la escuela y nadie me conocía.
-¡Aquí, aquí, es ella! – Sentí cómo Sieun me tiraba del brazo y me llevaba casi en volandas. Me sentí saco de patatas por un momento.
-¿Eres tú Mieun? Creo que se te ha caído esto en la entrada – Vi la mano del desconocido extendiéndose hacia mí con lo que efectivamente, era mi llavero.
Avergonzada por mi torpeza y descuido, cogí mi pertenencia.
-Sí, sí, es mío, muchas gracias por devolvérmelo. – Fue entonces cuando levanté la cabeza y me fijé por primera vez en su rostro, encontrándome por primera vez con su mirada, que me escudriñaba de arriba a abajo.